Carta abierta al Ing. Daniel Martínez, Candidato a (volver a ser) Intendente del Departamento Soviético de Montevideo

Estimado compatriota:
tú tienes todo el derecho a querer (volver a) ser Intendente montevideano. Por supuesto.
Y yo, por ser uno de ellos (gomensoreño de origen pero malvinense por adopción), especialmente preocupado por el futuro del departamento en el que vivo, pretendo en esta carta abierta reflexionar sobre algunos temas importantes que te atañen de manera directa y, por tanto, viendo tu intención de (seguir) gobernándonos, también nos atañe a todos (por lo menos a los que vivimos en la muy fiel y reconquistada permanentemente por el FA Montevideo). Pero también a todos los uruguayos, pues no debe haber familia alguna que no tenga a alguno de sus integrantes viviendo en la capital.
Lo primero que quiero preguntarte es en qué realmente fundamentas (más allá del marketing, que por suerte no incluye el patético bailecito con la Villar, te acordás?) tu intención de pedirnos nuestro voto. Voto que no deja de ser, especialmente para aquellos que no lo vendemos ni votamos focalizados (vos entendés lo que quiero decir, no?), un acto supremo de confianza en alguien que puede ser el “primus inter pares” entre los montevideanos y condicionar de manera decisiva nuestro futuro inmediato.
Tú podrás decirme que tienes un amplio recorrido político. Es cierto. Pero eso te ayuda o te condena?
Veamos. Fuiste Presidente de ANCAP, la principal empresa estatal (que no pública). Tu gran logro fue terminar lo que intentaste a comienzos de la dictadura, cuando siendo muy joven buscaste volarla por los aires (según se dice, aunque puede ser una leyenda urbana que largaste para mostrarte como un heroico adolescente). Más de 30 años después y siendo su principal dirigente lo lograste con todo éxito. Porque tú fuiste el que empezó todo el desastre que vivió ANCAP y lo pagamos todos los uruguayos. Eso sí: una mezcla de suerte, inteligencia y complicidad de los que especialmente perjudicaste te hizo salir increíblemente ileso de todo eso. Y sinó, que lo diga el pobre de Raúl Fernando Sendic que pagó con creces tu viveza y se llevó todas las culpas. Más bien, tus culpas. Está bien. Tú dirás: “te parece que no es un mérito en política hacer muy mal las cosas y que la gente me tenga como un favorito a la IMM?” En fin. En esa me ganaste. Es así. Muy a mi pesar lo reconozco.
Pero sigo.
Fuiste Senador y Ministro de Industria, si no recuerdo mal.
Nada memorable le queda al pueblo uruguayo de tu paso por cargos tan importantes. A no ser lo que te pagamos de salario. Que fue muchísimo en relación a lo que nada hiciste. Y algún que otro carguito muy bien remunerado que le conseguiste a tu señora y a tu hija…Está bien. Me volverás a decir: “nada diferente a lo que hacen muchos”. Me ganaste de vuelta. Pero por lo menos déjame decirte que no muchos pueden ser Intendentes de Montevideo…
Ya, justamente, de Intendente del Departamento Soviético de Montevideo, lo que más recuerdo de tu paso por el Palacio de Ladrillo es que no fuiste nunca más en bicicleta y ayy!!!…los miles de pesos que colaboré contigo por multas de todo tipo.
Que no dejan de ser eso los dos millones de dólares diarios que recaudaste durante el tiempo que estuviste en la IMM. Todo ese dinero, todo ese poder, Daniel. Y qué hiciste?
No pudiste con ADEOM, no pudiste con la basura, no pudiste con la burocracia, ni siquiera pudiste con la Goyeneche (aunque esto último por lo menos tuviste la decencia de reconocerlo en tu glorioso y sublime diálogo con el Gucci). Ni que hablar los casi 350 asentamientos que nos dejaste, con más de 120.000 montevideanos viviendo (por así decirlo) en ellos, de los que el 51% no tiene alumbrado, el 49% vive entre basurales endémicos (como todo Montevideo, bah) y el 80% ni siquiera le llega la locomoción urbana…
Eso sí: lograste a cambio de generosos intercambios de favores que Edgardo Novick te diera los votos para endeudarnos en más de 100 millones de dólares más de lo que ya estábamos (vos dirás, que le hacen unas manchas más al tigre) y así poder deshacer cuanta avenida existe. Como mal Ingeniero, desafiaste la Geometría básica: ya ir de un punto a otro de Montevideo solo en zig zag. Terminaste con las líneas rectas…
Hace 3 años tenías esa plata y recién en épocas electorales se te dió por hacer obras. Mirá que sos travieso, Daniel. Cualquiera diría que lo tuyo es puro marketing electoral.
Pero alguna cosa salió mal, porque todo el mundo anda caliente por los embotellamientos, la demora en las obras, la mugre y la infinidad de comercios que se ven afectados por el cierre de las calles. Me parece que esta vez le erraste en el cálculo. De los tiempos, especialmente. Tal vez si hubieras intentado hacer obras todos los años y no solamente en los que uds. los políticos creen que existe la “memoria electoral”, tal vez, quién te diría, la gente te aplaudiría en vez de putearte. A veces, aunque parezca mentira en este país de desmemoriados, la honorabilidad paga, Daniel. Si volvés a ser Intendente, recordá eso: a veces, la honorabilidad paga. Especialmente en el recuerdo y el reconocimiento de los honrados, claro está.
No es fácil encontrar una razón para votarte, Daniel.
Está claro que la Multicolor te la puso bastante fácil y que de tus mismas filas lo están “acosando” a Villar, aunque con este Villar (a diferencia de tu candidata a vicepresidente) no creo que quieras ponerte a bailar…
Te deseo la peor de las suertes, Daniel. Porque la verdad, no quiero seguir 5 años más contigo de Intendente. Me harté que me robaras la plata. Sé que tú dirás que cualquiera de los otros que vendrán igual lo harán. Tal vez una vez más tengas razón: sabés por qué? Porque la culpa no la tiene el chancho (en este caso, pa colmo, son 3 por falta de uno), sinó quien les rasca el lomo. Es decir, el pueblo sovietizado de Montevideo.
Será que otra vez me ganarás?
Nery Pinatto

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