Ni Mitrione ni Acosta y Lara serían responsables de los cargos imputados por los tupamaros

Javier Bonilla

La afirmación, del ex tupamaro Héctor Amodio Pérez, el miércoles pasado en el programa Estado de Situación (Radio Carve) acabaría con las excusas esgrimidas ad aeternum por el grupo terrorista para sumir al país en una orgía de sangre que desembocó, finalmente, en el golpe de estado del 73.

«Aunque hasta hubiera hecho de las suyas por otros países, si así fuera, los informes sobre las presuntas actividades de Mitrione en Uruguay las proporcionó el conocido doble agente cubano estadounidense Manuel Hevia Cosculluela a Mauricio Rosencof que, como se recuerda, ingresó al MLN infiltrado por el Partido Comunista sin mayores pruebas al respecto. Las historias de torturas de mendigos en una casa de la costa donde se habrían dictado «clases» sobre apremios a policías uruguayos no pasan de una leyenda urbana». Para Amodio, entrado 1970, Cuba, si bien podría asilar y brindar algún tipo de apoyo secundario a algún insurrecto, ya sometida totalmente a la URSS, muy probablemente no apoyaría indiscriminadamente a cualquier grupo guerrillero, sino que su realidad diplomática la obligaría hasta a implotarlos o sabotearlos.

Para el ex referente tupamaro, tampoco «Armando Acosta y Lara dirigía ningún Escuadrón de la Muerte. Si bien a Ibero Gutiérrez y a Castagnetto los mataron sanguinariamente, me inclino a pensar que fueron 4 o 5 fanáticos y no ninguna organización en sí. Quizá Bardesio sí tuviera un perfil más próximo a esas actividades, Acosta y Lara no», en resumen, es lo que expresa Amodio, quien, además, agrega que tampoco habría sido el periodista Samuel Blixen el asesino («era lento para disparar»), sino Rodolfo Woolf, parte de un comando que integraban también el actual periodista de Búsqueda Marcelo Estefanell, Raúl Méndez Moreira, el escritor Carlos Lizcano, Andrés Fay Dessent, Alice Fay Dessent, Gabriel Carbajales y Elena Vasilikas.

“Lo que pasa es que acá nadie investiga, aceptando como verdades indiscutibles las que digan 6 ó 7 protagonistas de la época, casi todas coincidentes, y ni siquiera los que están fuera del entorno próximo se animan a ir más allá, caso Alfonso Lessa, que me lo admitió en una charla cara a cara”, dice Amodio, quien también cuestiona al libro de María Urruzola sobre Fernández Huidobro y especialmente al de Fernando Butazzoni: “Seregni –Rosencof”, no solo por presentar versiones edulcoradas de la historia reciente, sino por ocultar otras, como agachadas de Donato Marrero, por ejemplo, “pero con Butazzoni no puedo hablar. Con la historiadora “oficial” de los tupamaros ,Clara Aldrighi , tampoco».

Parece más importante insistir con la leyenda negra sobre Amodio y exagerar las supuestas torturas a referentes que no las sufrieron, como Engler, por ejemplo”, ironiza Amodio Pérez…

Algunos de estos “ilustres” citados por Héctor Amodio Pérez, y otros más, precisamente Sendic, Rosencof, Wasem, Engler y Marrero, decidieron, por ejemplo, la muerte del peón rural Pascasio Baez, al cual, querido lector, no hay muchas organizaciones de “Izquierdos Humanos” que recuerden….
Amodio hasta des-sataniza a Pacheco Areco: «fue un presidente que hizo lo que tuvo que hacer en sus circunstancias».
Sobre la historia reciente nos han mentido, nos mienten y nos seguirán mintiendo. Lo peor es que muchos opositores al terrorismo lo sospechan y no se animan a contrariar la versión oficial por ser “políticamente correctos”. Aunque generaciones hayan sido engañadas y se conmuevan por el falso martirilogio tupamaro. Esperemos y permanezcamos alerta para que no se tienten a emularlo…

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